CHOIR TOUR III. (+300, -14)

  Siglo con el millón de entradas sobre el tour... Con un poco de suerte este es el penúltimo. La verdad es que ya estoy cansada hasta yo, pero que se le va a hacer. Esta entrada trata sobre el días más divertido de todos, principalmente porque no tuvimos concierto. 

Mamá, quiero unos Chacos.

El martes nos levantamos a las 6.45, desayunamos con la familia, y a las 7.30 a.m. estábamos en la iglesia. Conducimos hasta Niágara Falls City- el lado canadiense- y dimos un paseo e un barco. Nos llevó súper cerca y acabamos todos empapados. Menos mal que me acordé de llevar una bolsa de plástico para meter el móvil, porque gracias a eso tengo fotos a poca distancia de ellas. 

Hannah, Sami y yo empapadas en el barco.

Con Maelyn

 Fuimos a comer a una pizzería, donde Ms. Urda nos hizo cantar por millonésima vez I couldn't hear nobody pray.

Dios bendiga a Facebook y a las fotos que te encuentras. De izquierda a derecha hacienco una u, Renee, Annie,Ryan, Mae, yo, Gillum, y Eliza.

 Por la tarde el autobús nos dejó en el mirador de las cataratas. No tengo palabras para describir lo bonito que es, en serio. Por desgracia las fotos que siempre pongo en el blog son las que saco con el iPhone, porque las de la cámara me las guardo, y esas sí que sacan el aliento. Caminamos hasta la calle de las tiendas, y de camino me dio tiempo a:
 a) Quemarme los brazos por culpa del sol, aunque llevaba crema.
 b) Ver un grupo de gente Amish.
 c) Sentarme al lado de una pareja en el césped, los cuales se quedaron flipando porque no entendían que estaba haciendo.
 d) Hacerle el waffle a como diez personas de choir mientras que caminábamos, que también alucianaron.
 e) Reírme hasta que casi me estalla el pecho.
 f) Demostrarle a Olivia y Annie que no soy soft- lo siento, es que no me sale la palabra en castellano ahora mismo.

Renee, Jacob, Jarod, Annie, Joey, Britain, Connor, Gillum y Olivia (en el medio), Sami, yo, y Ryan.

 Cuando llegamos a Clifton Hill Street- si fuera vosotros haría click aquí y aquí para ver como es-, nos separamos en dos grupos. Unos se fueron a comprar souvenirs, pero nosotras nos decantamos por froyo e ir a la tienda oficial de Hershey's. Resulta que como en invierno hace frío, está conectada con otras muchas tiendas interiormente para que la gente no tenga que salir a fuera, así que matamos dos pájaros de un tiro y nos embolsamos las cuatro pataqueiradas con las que siempre se pica. Medio muertas de calor y cansando, nos rendimos y entramos a Starbucks como buenas basic white girls. Estuvimos una hora allí dentro sin ni siquiera haber bebido nada.

Friendship tatoos with Chelsea

 A las cuatro tuvimos el check in en el Embassy Suites Hotel. Después de tres días durmiendo en casas de desconocios el cambio fue... wow, impresionante. Yo pensaba que iba a ser algo cutriño, ya que somos muchos y el viaje nos salió barato, pero todo lo contrario: eran auténticas suites de lujo. Sammi, Julia Hicks, Hannah y yo compartimos habitación, y a Ms. Caroline le tocó dormir en el sofá cama de la entrada. Podíamos ver las cataratas desde allá arriba- era el piso 40-, pero lo mejor era el baño. Teníamos un jacuzzi desde el disfrutabas de todas las vistas. Por desgracia no pudimos usarlo ya que teníamos menos de una hora para prepararnos para el banquete. Lo hicimos, sorprendentemente, a tiempo, pero cuando ya estábamos en el ascensor, Annie me dijo que le pintara la raya y acabé dejándola como un mapache. No, definitivamente no sé maquillar. La pobre se pasó como diez minutos en el bus tratando de borrarla.
 Todos los seniors se disfrazaron de súper héroes para el tema y nos regalaron también antifaces. La cena tuvo lugar en el Skylon Tower, que es como el Space Needle de Seattle. Me encantó, y tuvimos mucha suerte de que mientras comíamos dimos la vuelta entera a la torre, así que Renee tiene un timelapse digno de un premio. 

Las vistas desde el restaurante

Con Annie y Olivia en lo alto del Skylon Tower.

Angie, yo, y Olivia.

Con Olivia y Connor.

When you realize middleschoolers are nice feat. Malia

Acabé Choir Tour con más fotos de Malia en mi móvil que de las cataratas. En la foto, Mali, Claudia y Ellie.

Jarod, Joey, Ms. Urda, Connor, Britain, Rebecca, Ryan, Lidia y Chelsea.

 Ya de vuelta en el hotel, los seniors dieron unos premios a casa uno. La mayoría fueron muy graciosos o sarcásticos. Por poneros un ejemplo, a Annie le dieron el de "Asistencia técnica" por su problema con la audioguía, y a Jarod el de "Drama Queen" porque el pobre no tiene emociones. Yo fui galardonada con el "Sacré Bleu", por lo que nerviosa que me puse ante mi fracaso con el francés. Los adultos también cantaron las canciones que solemos interpretar reversionadas. 

A este chaval le deberían haber dado el premio al más personaje, porque madre mía. Nada más entrar en Canadá vimos gaviotas y el se puso a gritar todo emocionado, pensado que eran pelícanos. 

Los chaperones cantando

La versión americana de Celia, también conocida como Stella.

 Cuando acabamos, nos dejaron por fin tiempo libre y el 99% de la gente se fue a la piscina. Como yo sin un adulto no me podía quedar en la habitación y tampoco podía ir a nadar porque me baja la tensión, me pasé hora y media mirando el atardecer desde la terraza. En un momento dado llegaron todos a ver si estaba bien- por alguna razón pensaban que estaba enferma o de neura- y me entró la llorera. Pero nada, que tan pronto como vino se fue, y cuatro lágrimas después estaba con Hannah y Sami listas para subir a la habitación y volver a bajar a la de los niños. Empezamos a jugar a Cards Against Humanity, pero yo estaba cansadísima y me puse a dormir la siesta en la primera cama que encontré. Cuando me levanté, vente minutos más tarde, estaba como nueva y lista para ganar a todos en las cartas pero era hora de volver a la habitación por culpa del estúpido toque de queda.

 No digo nada más, que esto ya es solo suficiente de por sí. Nos vemos mañana si eso. Muchos besiños.