lunes, 8 de junio de 2015

Farm life and Stone Mountain. (+306, -8)

 Hola, hola, caracolas. Me queda un semana aquí y sigo sin asumirlo. Tampoco es que quiera hacerlo. Este fin de semana ha sido movidito, y he tenido la suerte de ir a otro estado más y de subir a la montaña más empinada del mundo- o de mi mundo. Muchas fotos y poca información para cambiar de estilo. ¡Disfrutad!


 El jueves por la mañana pude dormir hasta la hora que quise. En España eso habría sido la una de la tarde pero a mi este país algo me hizo que si ahora duro hasta las diez en cama es de milagro. La mañana me la pasé haciendo chorradas: preparar las maletas, fuchicar en el blog, estar tirada en cama mirando al cielo... A las 3, Hannah y Angie llegaron del aeropuerto con aunt Rachel, de Boston, que vino a visitar con uno de sus hijos gemelos de 8 años, Turner. Angie y Rachel se fueron a hacer la manicura, y cuando volvieron decidimos ir a cenar a la piscina del vecindario. Cenamos pollo frito de Publix, que es el mejor del mundo. Al volver pretendía irme a cama pero acabé viendo Game of Thrones hasta las tantas.
 
Robby tirándose a lo rana.
 El viernes madrugué para hacer las maletas, desayuné y me eché una siesta porque me sobró tiempo. Salimos de casa a las 10 con dirección al sitio donde guardan la camper. Como no es de extrañar, me volví a dormir en el coche, y una vez enganchado el remolque lo hice de nuevo.

 Comimos en Chick Fil A- mi tercera vez esa semana, y nunca es suficiente- y seguimos hasta el norte del estado. Por el camino todas las casas eran las típicas de película en la que esperas encontrarte a un señor mayor con camisa de cuatros, gorra de publicidad, palillo en la boca y escopeta en el regazo sentado en el porche. Creo que si digo que conté como veinte graneros y gallineros en menos de una hora no miento.

 Dejamos la camper en el Victoria Bryant State Park. Por fin, porque el perro se pasó todo el tiempo como un loco. Nos instalamos y nos fuimos a la granja de los Ashby, los padres de Angie, mi host mom. Hannah y yo estábamos tan cansadas que nos quedamos dormidas en el sofá por dos horas. Cuando nos levantamos miramos fotos antiguas de la abuela, y luego nos dejaron usar el golf cart que usan para llevar agua a las vacas.
 Como siempre, el abuelo me dio la charla sobre la vida, los estudios, y Dios. Yo a este señor le tengo un respecto tremendo, pero me alegro de que no sea de mi familia, porque es lo mismo cada día. No os imagináis lo que Hannah soporta.


Rollos de heno.

Angie, Hannah y Turner en el carro de golf.
 Cenamos ensalada, lasaña y pan de ajo, para rememorar las raíces italianas de la familia y recordar los años en los que vivían todos juntos en amor y compañía. Miss Caroline también hizo galletas caseras, que son las más ricas que he probado nunca. Las conversaciones fueron sobre religión, ciencia, política y medicina. Yay, qué interesante el 90%.
 Robby, Hannah y yo fuimos a dormir al camping. Escuchamos música a todo volumen en los altavoces- porque si no os la imagináis, la caravana tiene de todo, incluso tele-. Dormimos muy pronto, lo que se agradeció porque yo no podía con mi alma.

 El sábado Robby nos hizo bacon y huevos revueltos para desayunar, que acompañamos con el pan de zucchini que hace Hannah y está de rechupete, y una macedonia de uvas y moras. 
 Poco después nos largamos a la granja otra vez, donde Angie, Rachel y Turner habían dormido. Nos sentamos en la huerta, hablamos con Miss Caroline y bebimos sweet ice tea como buenos sureños. Hannah y Turner fueron con su abuelo a comprar pienso para las vacas y toros, pero yo tuve suerte y me libré.

Panorama de literalmente el culo del mundo, aka Harwell, GA.
 Decidimos que íbamos a ir de picnic todos juntos, para lo que empaquetamos comida para un regimiento. El sitio elegido fue el lago Hartwell, en Carolina del Sur. Otro estado más que añadir a la lista. Paseamos un poco por el sitio y yo comprobé que lo de que la tierra es roja en el Sur no es una metáfora. 


 Como los abuelos querían ver el remolque, los llevamos al Victoria Park. Nos sentamos fuera bebiendo root bear, pero duró poco porque Miss Caroline estaba cansada y se tuvieron que ir a casa a descansar por un rato. Robby, Hannah y yo nos quedamos allí. Nosotras estuvimos hablando largo y tendido de las cosas de las que todo el mundo habla cuando está con sus amigas mientras él arreglaba no sé qué. Cuando acabó, jugamos al UNO, que nos llevó un millón de años pero es divertidísimo. Celia, si estás leyendo esto, que sepas que me vuelvo a acordar de ti.
 Ese día cenamos en un sitio de barbacoa que estaba lleno de red necks. Me encanta este país, jurao'. La comida estuvo bien, pero no es ni de lejos tan bueno como el churrasquiño. Esa noche nos tocó a nosotras y a aunt Rachel dormir en la granja. Estuvimos tiradas un rato, hasta que la abuela nos dio helado y volvimos a tener otra de esas conversaciones filosóficas tan comunes en esta familia. Hannah y yo nos acostamos a las tantas, porque está visto que cuando nos toca estar juntas la hora de cháchara no nos la quita nadie.

 El avión de Rachel y Turner salía de Atlanta el domingo así que nos despedimos y nos fuimos de Hartwell muy temprano. Desayunamos en McDonals, el sitio al que más asco le tengo del mundo. Si no saben hacer biscuits que no los hagan, really. Ya os imaginaréis que yo me eché la siesta hasta Atlanta, porque la única vez que me desperté fue cuando estaba a punto de sufrir una explosión en la vejiga y paramos en un QuickT para usar el baño.
 Una vez de vuelta, me lancé directa a mi camiña y descansé hasta que me fue hora de ir a la iglesia para ir con Youth a Stone Mountain, a dónde ya fuera en septiembre para ver el espectáculo de los lásers.

Más fotos de Malia porque la tía se lo curra.

 Estuvimos haciendo hamacking por un rato. Jacob encontró un palo y me lo dio para que en lugar de solo poder ser violenta verbalmente también pudiera usar la fuerza física, pero en lugar de zurrar a nadie pensé que sería mejor hacer un palo selfie con eso. Milagrosamente funcionó.

Amigos oruga versión Emma.

Amigos oruga versión Annie.

Amigos oruga versión Jarod.

Probando el selfie stick con Annie y Jacob.


Con Hannah M. y Chris, nuestro pastor de Youth.
 Unos cuantos valientes decidimos subir a la cima de la montaña. 31º centígrados, 43% de humedad, y una subida muy empinada de cinco kilómetros ya indican un mal resultado. Pero lo conseguimos, y de una pieza. Las vistas eran muy bonitas, y la sensación de superación lo puede con todo.
Stone Mountain.

Poste en el que la gente que sube a la montaña pega los chicles.

Cuando oficialmente pisamos el punto más alto de la cima.

Annie, Patrick, Chandler, Ammy, Mary Cathryn, Kinzy y yo.

Atlanta desde lo alto.

Cuando trepas una montaña con un palo y no lo sueltas ni a la de tres.
 Cinco o seis horas más tarde nos fuimos a Waffle House a cenar, lo que nos llevó la leche porque éramos veinte personas y solo dos camareras. En el autobús de camino, Annie nos dio una charla a todos sobre que hay que darle una propina enorme a la gente que trabaja en WaHo pero que nunca hay que comprar gofres ahí, porque subieron los precios y ahora en lugar de costar 2.75$ cuestan 3$.
Literalmente ni a la de tres.
Please come with me.
Sami haciendo uso de mi invento. Y Alex con cara de culo por atrás.
 Mae me acercó a casa y lo siguiente fue montar mi primer vlog, lo que me llevó casi dos horas porque no podía con el alma.

Henry is life.
Don´t drive and take pictures.
Maelyn mosrando amor por Henry- y por mí.


 Ah, y sí, de bloggear con b pasé a vloggear con v, porque he decidido gravar mi última semana en Estados Unidos en lugar de solo escribir sobre ella. Con un poco de suerte, algún día me animaré a sacar los vídeos de modo privado y los pondré por aquí, pero mientras tanto, ¡qué os aproveche!

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