viernes, 9 de enero de 2015

+157, -157: cuando el mundo te aplasta.

 «You're not as brave as you were at the start. 
Rate yourself and rake yourself, 
Take all the courage you have left
Wasted on fixing all the problems 
That you made in your own head.»
Mumford and Sons- Little Lion Man. 



  Escribo esta entrada con los ojos encharcados en lágrimas y el corazón encogido. Escribo con la conciencia de que está entrada no va a ser desastrosa, porque ahora mismo yo soy El Desastre. En mi interior se mezclan sentimientos tan distintos que no sé ni lo que siento. No soy tan valiente, no. No sé de dónde voy a sacar el coraje necesario para afrontar esta situación. Y es que suena tan dramático que me da vergüenza, pero no lo puedo ignorar más. Nueve de Enero del 2015, mitad del camino.

 Hace ciento cincuenta y siete días que me iba “con el armario vacío y la maleta demasiado llena”. Sigo sin hacerme a la idea de que llevo aquí cinco meses, y que me queda exactamente lo mismo hasta el adiós. Me niego.
 No quiero irme. No, no quiero. ¿Qué viene ahora? No me imagino viviendo sin hacerme líos mentales cuando estoy tan cansada que no sé ni hablar, tratar de pronunciar palabras y que lo acabe haciendo correctamente tras medio centenar de veces. No me imagino vivir sin una nevera que haga hielo y sin ventiladores en el techo. No me imagino caminar por el instituto sin ver gente de tantas culturas. No me imagino que me digan lo cute que es mi acento y quererme morir porque me da la sensación de que sueno estúpida. No me imagino que nadie me pregunte de menos si echo de menos mi hogar. Porque, al fin y al cabo, este también es mi hogar
 Y me ha costado, eh. Que es cierto que lo he dicho y escrito, pero mentí. Mentí a todo el mundo y a mí misma, porque hasta ahora no me he dado de cuenta de que esto es home. Ya no soy capaz de decirlo sin que el corazón se me divida y me den ganas de llorar porque no puedo alargar más los minutos o detener las agujas del reloj. 

 El día cero escribí que “es triste darte cuenta de todo lo que dejas atrás durante 10 meses, de todas las personas que no podrán abrazarte en tus días malos, que no estarán el día de tu cumpleaños, que estarán a miles de kilómetros y a seis horas de diferencia, mientras tú rehaces tu vida, una vida en la que no estarán, al igual que tú desapareces de la suya un tiempo”. Hoy, centésimo quincuagésimo séptimo, me río de mí por ingenua. Lo que es triste es darse cuenta de que todo lo dejas atrás de por vida; de todas las personas que no podrán abrazarte en años; que no estarán en medio del bosque tumbados en hamacas, cenado en Panera o haciendo s’mores el día de tu cumpleaños; que estarán a miles de kilómetros y a seis horas de diferencia, mientras tu retomas tu vida. Una vida en la que no estarán, al igual que tu desapareces de la suya por una eternidad. Una vida, que ya no será vida.
 Algunos consideraron esto una muestra de valentía; otros, un suicidio. Es ambas. Irte y dejar todo no es malo: cuando vuelvas, va a seguir ahí. Lo malo será cuando me despida por última vez de mis diez meses. 
 Mamá, papá, con esto no quiero decir que no os eche de menos. Pero no quiero volver. Quiero retroceder al cinco de agosto y abrazaros en Coruña sabiendo que a partir de ahí me dolería con solo recordaros. No quiero volver. Quiero quedarme aquí y seguir creciendo, y seguir sintiendo como me lleno y ya todo me da igual. 
  Miro atrás y recorro todo mi camino. Me asombra ver todo lo que he cambiado. Mi edad interior ahora mismo no son los dieciséis; en estos meses se ha multiplicado hasta rozar cifras inalcanzables. Mi misión secreta era encontrarme a mí misma, y ahora mismo conozco rincones interiores que nunca antes habían salido a la luz.

 No pretendo que nadie lo entienda, pero tampoco quiero que alguien llegue a pensar que esto es sencillo. No fue sencillo la primera semana, y la última tampoco lo va a ser. También es cierto que preferiría seguir así hasta que la hora del más tardío de mis suspiros, si supiese que mi corazón seguiría tan lleno. 

This last part is inspired by Lee, because you always tell me that you would love to read me but translating is too hard.  I’ve never thought that I’d be able to write anything in English, and even when I know I'm going to have many mistakes, I want to do it for probably the first and last time.
 Thank y’all so much for opening your house and your lives to me. I have no words to describe how grateful I am for having the opportunity of been here and for having y’all as my host family. I couldn’t be luckier. I’ve just said that I can´t imagine my life without a fridge that makes ice, or without fans on the ceiling, but I can’t imagine it with y’all: without been mean to Angie and Tiffany, David’s Hungarian music,  Lee’s bohemian life stories- and her chair- and the kindness of Emma. Y’all are so important for me right now that I can’t express it with words. I don't want to come back, NEVER EVER. And if I do, I want y'all to come with me. 
 I’ve met a lot of great people, especially in Youth. I think I’ve been more times at church this five months that in all my life before. You guys are awesome- but Olivia. I don´t like Olivia at all-. Thanks to my Lakeside friends too! Lunch is literally the best part of the day, because of y’all,  Ana, Voyee, Marta, Janelly, Miranda, Leslie, Jessica, Julia!  And thanks to Ruta and Sonia, that are the sweetest. Actually I don´t want to forget about the soccer girls. I’m such a mess but I’ve the best team. Go Tysa!

 The day before I came I wrote "it's sad realizing all the things that you are leaving behing for 10 months, all the people that won't be able to hugh you when you have a bad day, that won't be there on your birthday, that will be thousand of miles away and with a time difference of six hours, while you are remaking your life, a life where they won't be, at the sime you disappear of theirs". Now, I laught at myself, because I was so stupid. What's sad it's realizing all the things that you are leaving behing for ever; all the people that won't be able to hugh you in years, that won't be hamacking in the forest, having diner at Paneras or making s'mores on your birth day; that will be thousand of miles away and with a time difference of six hours, while you living your life again, a life where they won't be, at the sime you disappear of theirs for an eternal time. A life that won't be life anymore.

  My life, and myself, have changed so much in just 167 days.  Now, Tucker is my home too, and I don’t want to leave. Probably this is not the best thing I’ve written but there’s no way that I can resume all y’all have done for me in just a post of my blog. 




"Nunca volverás a estar del todo en casa, porque parte de tu corazón siempre estará en algún otro lugar. Ese es el precio que tu pagas por la riqueza de amar y conocer a gente en más de un lugar." 

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