Quedan 75 días para irnos a USA y tan solo 6 para ir a la Embajada americana en Madrid, donde haremos el visado, y todo sigue como siempre. No hay ningún cambio. Sigo sin familia y, la verdad, no ha pasado nada interesante estos días. Algunas host families nuevas, unos a los que no les contestan a los mails, otros que ya no saben de que hablar... En fin, todo bastante estable.
Tenía muchas ganas de volver a escribir, para ser sincera, pero no encontraba un tema, hasta que... ¡voilà! Pasando las fotos del iPhone al ordenador he visto una de nuestra primera quedada, hace más o menos un mes, y las ganas de contar un poco de que fue la cosa han podido conmigo- a pesar de que debería estar haciendo una redacción de francés-. Y allá voy.
20 de Abril. Sábado. O viernes, no lo recuerdo bien. Seis becadas y una pagada*. Remarco el femenino, porque fuimos solo chicas. Creo que para ser el primer encuentro estuvo bien. Genial. Estupendo. Espectacular. Ninguna tenía familia en ese momento, así que todas estábamos en la misma situación. Creo que pocas tardes me he reído tanto y me he sentido tan comprendida como esa.
Fue un día de disfrute. Pasamos dos o tres horas sentadas en una terraza, cotorreando sin parar, soltando por la boca cualquier duda o inseguridad, compartiendo experiencias pasadas y soñando con lo que podría pasar.
Hubo alguna anécdota graciosa que me perdí por llegar tarde- nunca me perdonaré no haber visto el "abrazo a la farola" de Alejandra-, y otras que sí tuve la gracia o desgracia de vivir: por primera vez en mi vida, cogí un taxi. Y que sí, que lo gracioso no se le ve por ningún lado, porque eso es el prólogo. Estela cogía un bus a las y cuarto. No sé si era a las 7, a las 8 o a las 2500, pero era a las y cuarto, por lo que a en punto teníamos que llegar a la estación de autobuses.
Elba, Estela y yo salimos corriendo, literalmente. Calle arriba, calle abajo, Elba que decía que había que atravesar no-se-qué-cosa del Hórreo, Estela desesperada porque quedaban cerca de 25 minutos, yo que me moría de risa, la gente que nos decía que íbamos a tardar más de media hora en llegar, nosotras corriendo a la Plaza de Galicia y metiéndonos en un taxi que justo quedaba libre, y por fin los suspiros de tranquilidad. Cinco euros al salvador de Estela y tan contentas las tres. Después de dejar a esta última en la Estación, Elba y yo nos marchamos andando hasta las Cancelas. Y, ay, mi Elba, como la echaba de menos. La primera becada que conocí y de las personas más increíbles que conozco.
Una buena forma de aprovechar una tarde de Semana Santa, sí señor.
(De izquierda a derecha: Estela, Ainoa, Alejandra, Cris, Ana Martínez, Elba y yo).
Selfie de futuras americanas, que no falte. En esta foto somos ocho por Paloma, una amiga de Estela que nos hizo compañía toda la tarde. Hay que tener paciencia para aguantarnos.
(De izquierda a derecha: Ainoa, Alejandra, Estela, Paloma, Ana Martínez, Cris, Elba y yo).
Y, bueno, con estas fotos me despido. En menos de una semana escribiré de nuevo contándoos toda la experiencia por la capital. Menos de un día que espero que dé para mucho; el primer día en el que nos reunamos todos los becados, conociéndonos ya la mayoría de antemano. Esperemos que el avión no se caiga...
* Con "pagada" me refiero a Cris, que no va con la Beca Highschool, sino pagando el año de intercambio. Las condiciones del viaje son prácticamente las mismas, porque las dos están organizadas por la misma agencia (la FLS). Pero bueno, la relación es la misma que si estuviese en nuestro programa.
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