lunes, 3 de noviembre de 2014

Homecoming week. (+90)

 ¡Buenas! Como dije en el post anterior, esta semana fue movidita. Antes de relatar todas las aventuras de esta boirense en Georgia, quiero explicar un poco qué es homecoming y porqué estaba tan emocionada por ello. 
 Por lo que tengo entendido, todo se hace para animar a los distintos equipos y clubs en la nueva temporada, y para dar la bienvenida al curso. Tanto irónico teniendo en cuenta que llevamos casi tres meses de clase. Hay distintos eventos; en mi instituto son una hoguera y un desfile, al que se suele añadir el mítico baile a lo High School Musical y un football game al que va todo el mundo.
 Durante la homecoming week, cada día nos teníamos que disfrazar de una cosa. 
- Movie Monday: vestirte como en tu película favorita.
- Trippie Tuesday: vestirte como un hippie/años 60.
- Wilderness Wednesday: vestirte como si fueras de camping/safari.
- Thursday, Class dress up day: cada curso se disfraza de lo mismo. A los juniors nos tocaba de bebés.
- Friday, spitir wear: llevar puestas prendas de los colores de Lakeside, que son violeta y dorado.

 Ay, ¡cómo eché de menos la caja de disfraces que llevamos llenando de cosas inútiles generaciones! Lo malo de no estar en casa es que no le puedes pedir ropa a tus padres para poder transformarte de cualquier cosa imaginable.
 La verdad es que no mucha gente se disfrazó, y luego la calidad... Bueno, que te podías encontrar un poco de todo, desde gente que se lo curró un montón a los que se ponían una cinta en la cabeza y ya se creían hippies.

Miranda el Wilderness Wednesday.

Pep rally on Friday.

Teachers dance.

Candidatos a reyes/reinas del baile.


  Alejándonos un poco de las clases, el miércoles por la tarde fuimos al Fall Festival de la iglesia, y estuve haciendo otra hora de voluntariado en el Cake Walk. 

  

Fall sunset.


 El viernes fue Halloween, y siento decir que no lo aproveché tanto como podría haberlo hecho. Porque, sí, guay, ¡Halloween en América, qué pasada! Bueno, pues ese día teníamos el hoco game y no me apetecía nada ir; estaba muerta y hacía frío. My host sister fue a pedir caramelos con sus amigos pero yo no tenía ganas. Me quedé en casa, me puse el pijama y me revolví la melena de león. Añadiendo las ojeras que tenía, me quedó un disfraz bastante aterrador. Me pasé la tarde hablando con Lee, y esperando a que vinieran niños a pedir caramelos- aunque al final solo vinieron dos grupos y nos acabamos comiendo las chocolatinas nosotras-. Cerca de las 6.00, empezó a llover y los amigos de Angie vinieron a casa a ver una película al sótano. Al saber que era Coraline- libro que me había leído el día anterior y que recomiendo muchísimo-, no dudé en añadirme. Y, en fin, que en eso se resume mi noche de brujas.

 El sábado, Lee me despertó para saber si quería ir a desayunar a fuera, pero decidí quedarme haciendo compañía a mi cama, que últimamente la tengo abandonada. Cuando decidí levantarme me puse a ver una maratón de Sexo en Nueva York durante casi cuatro horas. Después me di una ducha y etc., porque había quedado en ir a casa de una amiga de Maelyn y Hannah (las dos niñas de la iglesia que me habían invitado a ir con ellas al baile) a prepararnos par Hoco.
 Llegué allí cerca de las cuatro y fui recibida de una forma tan calurosa que cualquiera de esas niñas podría haber pasado por española. Por si fuera poco, Allison, la dueña de la casa, había estado en España y sus padres y ella me trataron más que genial y no pararon de hacerme preguntas sobre los más diversos temas. Sobre las cinco empezamos a sacarnos fotos, que prometo enseñar tan poco las tenga porque fueron hechas con la cámara del padre de Allison. Cenamos, pintamos un bastante la mona y acabamos llegando a Hoco mucho más tarde de lo esperado. 
 Tras haber oído a un montón de becados que el baile era un poco tostón porque solo había niños de primer año de instituto, yo no me lo pude pasar mejor. La música fue en su inmensa mayoría buena, había gente de todos los cursos, se bailaba... Parecía una noche de sábado en Boiro, ambiente de Frama total, sacando el acohol. 
 A las 11 salimos de Lakeside, con los pies desechos y una sonrisa que parecía eterna gravada en nuestras caras. Fuimos a Waffle House, que parece que es muy típico después de cada baile, y seguimos como la últimas hora: riendo y hablando y volviendo a reír. Me quedé prendada de estas niñas por ser las únicas americanas que podrían haber sido europeas: Maelyn, Hannah, Allison, Lizzie, Courtney y Halle.
 Llegué a casa pasada medianoche, que aunque a esa hora se empiece a salir en Boiro aquí es muy, muy tarde.





 El domingo no conseguí dormir hasta más tarde de las 9.30 porque teníamos que ir a cantar al servicio tradicional de la iglesia. Tan pronto acabó nuestra canción, Angie y yo salimos corriendo para ir a casa y prepararnos para el soccer game que teníamos en breves. Volvimos a ganar, esta vez por 6-2. ¿Os acordáis de cuando dije que no era tan mala? Pues estoy segura de que fue la suerte del principiante, porque como  en mi primer partido no lo he vuelto a hacer. 
 Por la tarde, tras una ducha y una hora para mentalizarme en que tenía que hacer los deberes, Lee me dijo si quería ir con Emma y Angie a cenar a Noodles, y acabé dejando todo para la vuelta, como cada domingo. ¡Ah! Por cierto, es verdad que aquí un día en Halloween y otro Navidad: era día 2 de Noviembre y todo Decatur estaba decorado con guirnaldas y luces. 

 Como veis, esto es un no parar. 

Y, lo siento, pero no podía acabar esta entrada sin decir lo mucho que me sorprende el instituto: primera vez en mi vida que nos mandan diseccionar vómito de búho para sacar los huesos y saber su dieta. 

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