El martes tuvimos un pink-out para apoyar la lucha contra el cáncer de mama, así que ya nos veis a todas con camiseta rosa.
El miércoles fue uno de los días más increíbles desde que llegué aquí. Por la tarde, Angie, Olivia, Connor, Jarod y yo fuimos a Netherworld, un par de casas encantadas.
No sé como ocurrió, pero si bien en la primera me conseguí colocar en una posición estratégica, con Olivia, Connor y Jarod delante y con Angie detrás, en la segunda acabé yendo de primera. Las casas son alucinantes: la decoración parece sacada de una película de miedo, con todos sus detalles, y de los lugares más inesperados salen gente disfrazada de todo lo imaginable, o robots que se te lanzan encima o parecen criaturas entre gore y diabólicas.
A pesar de saber que todos sabíamos que era falso y que los monstruos no nos iban a tocar, nos dejamos la garganta gritando. O, más bien, me la dejé, sobretodo en la segunda parte.
Las decoraciones están muy trabajadas.
Yo, Jarod, Connor, Olivia y Angie.
Con Angie.
Con algunos de los mounstruos de Netherworld.
El jueves, lo único extraño que pasó fue que cuando estábamos corriendo en soccer me comí un buzón de correos y salí disparada hacia la hierba. La peor parada fue Maggie, que venía justo detrás, se tropezó conmigo y se cayó de morros en la acera. Menos mal que pudo frenarse con las manos y estamos las dos enteras.
El viernes estuvimos decorando calabazas de Halloween. Me encanta, me rechifla y me vuelve loca lo de ensuciarme todas las manos de esa especie de spaguetis y semillas que hay dentro de la pumpkin, y acabar hecha un Cristo de asquerosa. Por fin descubrí el secreto de los americanos para hacer dibujos tan difíciles... redoble de tambores... usan plantillas. Sí, tal cual lo leéis: imprimen un dibujo de internet y con herramientas especiales lo puntean. Luego lo "recortan" con un cuchillo. Así cualquiera, la verdad.
Mi calabaza, en la izquierda, y la de Tiffany.
Con Olivia y Angie.
El sábado me pegué una dormida tremenda y fui capaz de levantarme a las 11. Estuve haciendo el vago hasta que me tuve que preparar para el soccer game que tuvimos a las 5. La cosa estuvo reñida; nunca nos había costado tanto ganar. Al acabar la primera parte medio equipo ya estaba desesperado, porque a pesar de haber chutado veinte veces a meta, la pelota no entraba. La portera era muy buena y no el mejor día de nuestras delanteras. Entre cinco y diez minutos antes de que acabara el partido, Olivia, que jugaba como delantera derecha a pesar de ser normalmente defensa, consigue marcar el gol que nos da la victoria. Más interesante que el Madrid-Barça que ni por internet conseguí ver.
Cuando acabamos, fui a casa y me preparé para ir a una fiesta de Halloween. Fue en Lawrenceville, en casa de Raquel, otra de las becadas. También estaba Llarina, a la que no veía desde el picnic de CIEE, y algunas amigas de Raquel. ¡Qué gañas tenía de festiña! Lo bueno es que su host family es de Puerto Rico, y les va la marcha. Música (primera vez que escuché Bailando en versión española), comida, gente dándolo todo, disfraces, fotos... Mejor noche en mucho tiempo. Pero los horarios sigue siendo americanos: la fiesta empezó sobre las 9 y terminó pasada la medianoche. Nos quedamos todas a dormir allí, y entre cotilleos y anécdotas, no apagamos la luz hasta las 3. A las 10 del domingo me desperté con un mensaje de Lee, diciendo que me recogerían en una hora. Al final, como siempre, llegaron tarde, pero una se acaba acostumbrando aunque sea una maniática de la puntualidad como yo.
El futuro gallego.
Con Nina, una tía medio loca y Llarina.
Best Halloween squad ever.
Por la tarde tuvimos Choir (coro) y Youth (sí, Youth, que significa "la juventud", y no source, mamá, que es "fuente de información").
Sinceramente, tengo que empezar a hacer los deberes los viernes porque después el domingo me quedo hasta las tantas trabajando. No, si es que me está bien por ser tan, tan vaga.
Esta semana es homecoming week y no puede pintar mejor. En la siguiente entrada os contaré todo con más detalle: los disfraces que tenemos que llevar cada día al instituto, el football game del viernes, lo que sea que hagamos en Halloween y el baile (sí, como en las pelis) que tenemos el sábado.
Y, aunque ya sea hasta repetitivo, no me canso de decir lo rápido que está pasando todo. Sí, suena a quejica, pero el tiempo se me escurre. Pasan los días y ni lo notas; seica tiene que ver con el no parar quieta. Por segunda vez, animo a todo el que pueda a pedir la beca. No dejéis pasar la oportunidad: esta experiencia vale todo y más.
¡Ah! Se me olvidaba. Muchísimas gracias a los que me leéis semana tras semana, aunque solo sea por cotillear. Ya paso de las 5000 visitas, que suena a imposible pero parece ser que es real.
Dicho esto,
See y'all!
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