sábado, 13 de septiembre de 2014

+39.


Ubicación actual: Tucker, GA.
Hora: 9:55.
Temperatura: 22º. Niebla(posibilidad de lluvia 44%).
Humedad: 94%.

 ¡Buenos días! Siento mucho estar perdiendo la costumbre de escribir cada siete días, pero la rutina hace que haya menos cosas que contar y estoy que no paro (no sabéis bien lo que son deberes, creedme).
 Por cierto, muchos ánimos a todos el Lunes. Me sigue pareciendo gracioso que os quejéis de empezar en Septiembre cuando yo ya llevo 5 semanas y pico de clase. Ay, inocentes días en los que me quejaba de levantarme a las 7:35 y de llegar a casa a las 14:30...
 Pero me dejo de quejas, que a pesar de todo madrugar vale la pena (queda demostrado: es sábado y llevo una hora despierta, cosa que en España sería más que imposible), y voy a lo que he venido: contar mi día a día en EEUU. 



 El sabado por la mañana fuimos al supermercado y comimos en Paneras. ¡No sabéis lo que nos perdemos al no tenerlo en Europa! Cuando ya había perdido toda la esperanza en encontrar algo de ropa que me gustara y ya tenía asumido que me pondría lo que traje de España todo el curso, fuimos a TJ-Max. La felicidad me embargó en ese momento. Y compré, compré y compré, como si no hubiera mañana. ¿Quién me podía asegurar que la próxima vez que fuéramos tendríamos esa suerte? 
Uniforme de Tysa.
 Por la tarde fuimos a nuestro primer partido de soccer. Llegamos allí sobre las 7, y llovía a cántaros. Escampó un rato, así que no hubo restrasos y pudimos empezar a las 8, como teníamos previsto, pero después de 5 minutos de partido empezó a relampaguear. Por lo que me enteré, Georgia tiene una ley que prohibe jugar si hay tormenta eléctrica, así que nos dieron una pausa de 20 minutos, y cuando pasaron nos dijeron que se cancelaba oficialmente. 
 A modo de consolación fuimos a tomar yogurt helado a Menchi's con Connor y Olvia. También vino Emma, así que lo que tendría que haber sido un momento triste por no poder jugar fue una noche muy divertida.





El domingo, después del Sunday School, fui con Maelyn al servicio contemporáneo porque Angie tenía que encender las velas en el tradicional. Creo que entendí perfectamente porque hay tanta devoción. No, no es porque dan tarta de chocolate, fruta, pasteles y demás, que se pueden comer durante la misa (bueno, no solo por eso). La ceremonia es muy amena, acompañada de música. La gente se pone en pie, aplaude, ríe y llora. Es increíble lo mucho que les llegan las palabras del pastor. Aunque lo que más me sigue chocando a mí, son las plegarias. Cada persona del público puede pedir que se rece por alguien: un familiar con cáncer, una vecino que tuvo un accidente de coche, un conocido al que han despedido y tiene cinco hijos a los que mantener... No sé si es por esto, pero la gente está muy unida. Supongo que compartir todo lo malo, y lo bueno, ayuda. Es un momento duro, hasta a mí se me llenan los ojos de lágrimas. 
 Sobre las 12.15 acaba y vamos a casa. No tenía nada que hacer, así que me puse a ver Project Runaway y luego hice un rato Skype. A las 5 tuvimos coro, que aunque sea un desastre cantando, es muy divertido. En Youth, cenamos tacos y jugamos a las banderas (un juego en el que el campo se divide en dos y un equipo tiene que tratar de robar la bandera del otro sin que les pillen). Madre mía, quién me diría que en apenas esos veinte minutos me picarían 20 mosquitos contados. Y a las 8, después del debate, Connor nos trajo a casa.

 El lunes fue el día de la foto del Anuario, todo muy americano. Por la tarde celebramos el cumple de David, pero en realidad yo no probé nada por culpa de un terrible dolor de barriga que me llevaba incordiando toda la mañana. 
 El martes me puse peor y no fui a clase. Me pasé la mañana durmiendo, haciendo deberes y viendo Gossip Girl después de un montón de meses. Sobre las 4 me doy cuenta de que Angelina y Lee deberían estar en casa, y es ahí cuando me entero de que tuvieron un accidente. Gracias a Dios, están bien aunque el coche de Tiffany... No tuvo tanta suerte.

 El miércoles ya estaba totalmente recuperada, así que fui al instituto. Al acabar las clases, nos costó un montón salir del parking, así que llegamos a casa a las 4. Me pongo con los deberes hasta las 5.25, que vamos a Chick-Fil-A a comprar la cena y después a Youth.

 Ay, el jueves, jueves, jueves. David le tuvo que dejar su coche a Tiffany, así que tenemos que levantarnos a las 5.45 para estar listas a las 6.30, ir con Lee hasta su colegio y una vez allí coger el bus para el instituto. 
 Bueno, supongo que todos sabréis que fue el 11 de Septiembre. Se mencionó en todas las clases, pero solo en World History y Consumer Finances entraron a fondo en el tema. Trece años después, Estados Unidos no olvida.
 Por la tarde, tuvimos GSA y soccer, y la aquí una servidora se quedó haciendo deberes hasta medianoche.

 El viernes nos libramos de la tortura del bus amarillo. David nos acerca y llegamos híperpronto, como siempre. Aprovecho y voy hasta clase de Dr. Parrot, la profe de Oceanografía, a preguntarle unas dudas sobre un trabajo. Qué mujer más riquiña, no hay día en el que no me repita: "You don't have to say thank you all the time, I'm here for help you!". Pero es imposible no soltar un 'sorry' cada vez que tengo una duda, porque no son pocas.
 Por la tarde, fuimos a comprar unas espinilleras para Angie; a TJ-Max a por el regalo de cumpleaños de Victoria (os contaré más sobre su fiesta de esta tarde en la siguiente entrada); a Publix, a hacer la compra, y a una pizzería a por la cena. 
 Llegamos tarde a casa. Sí, tan tarde que son las 8, aunque para mí parecieran las 12. Angie y yo nos quedamos hasta tarde viendo The Hunger Games y Catching Fire. Aunque los libros, como siempre, son mejores, os las recomiendo. Yo nunca había visto la segunda parte pero es muy entretenida.


 Esta entrada no tiene muchas fotos, lo siento, pero espero que os guste. En la siguiente publicación hablaré sobre el partido de soccer de hoy y la fiesta de Vic, sin fallo.

 Y acabo felicitando otro cumpleaños; lo malo de tener tanta familia es que siempre hay alguien que se hace un poco más viejo.

 ¡Felicidades, Maik! Aunque ya seas tan anciana como para no poder foto de perfil en Whatsapp, yo te quiero mucho. Muchas gracias por haber estado tan pendiente de mí desde siempre, no podría haber tenido una madrina mejor.
Y que cumplas muchos más.



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