sábado, 20 de diciembre de 2014

Finals week. (+137)

 ¡Buenas tardes! Perdón por no haber publicado el lunes, pero la semana pasada fue muy normalita y esta estuve terriblemente liada. No, no es una excusa: es la realidad. Cada vez me cuesta más encontrar el tiempo- y las ganas- de ponerme, pero estoy haciendo el esfuerzo, de verdad. 

 El viernes pedimos comida china. Sé que parece que no tiene nada de mérito, pero era la primera vez que la comía y no podía estar más ilusionada. Después fuimos a ver Sinsajo (por fin), y aunque había escuchado que era una chapuza comparada con el libro, a mí me gustó. 





 El sábado tuvimos CAT (Christmas at Tucker). Creo que ya había hablado un poco de ello, pero por si acaso, lo digo otra vez. Es un musical que organiza la iglesia, en el que Lee está muy involucrada. 
 Pues eso, que sobre las 4 p.m., Angie y yo fuimos a hacer de greeters- necesito horas de voluntariado a todo correr- para el espectáculo de las 5. A ver, que muchas puertas no abrí, pero sigue contando como servicio a la comunidad y eso es lo importante. Cuando acabamos, Tiffany nos acercó a comprar de cenar a Chick-fil-a y luego a casa. 
 A las 7.20, ella y Sean volvieron a recogernos para ir a la función de las 8. A pesar de que ya había visto toda la preparación anteriormente, me sorprendió incluso más lo enserio que se toman todo y lo profesional que es. ¡Hasta usaron a un bebé de verdad!. La historia trataba sobre San José y la Virgen, de como llegan a Belén y blablabla. Lee y David cantaban en el coro, y Emma hizo de solista otra vez. 


Joseph and Mary.
El ángel Gabriel.



  El domingo me empecé a encontrar mal, así que me quedé en casa. El lunes tampoco fui a clase, porque no podía con el alma. Por la tarde me empecé a encontrar un poco mejor y aproveché para hacer los deberes y estudiar para los finals.

 ¿Sabéis eso que siempre decimos que vivir aquí es como estar dentro de High School Musical? Bueno, pues mi miércoles, más bien, fue un episodio de Mentes Criminales. Un día raro, de esos en los que por mi cabeza se llena de 'O que non me pase a min, non lle pasa a nadie...'. Salí del instituto y me senté a esperar por David, como siempre. Él llegó a las 3.30, pero Angie aún no estaba allí. Como en quince minutos seguía sin aparecer, entramos a la oficina para que hicieran un llamamiento por megafonía. Y nada. De pronto, su profesora de Health, entra a todo correr diciendo que ese día no había estado en su clase, que es a quinta hora. Y, poco a poco, nos enteramos de que desde la hora de comer no había estado en ninguna. Recorrimos el instituto centímetro por centímetro, y nos encontramos su mochila en el aula de español; pero de ella, ni rastro. El drama aumentaba cada minuto, cada cuarto, cada hora. Estábamos desesperados, ya no sabíamos qué hacer. Gracias a Dios, después de publicar en todas las redes sociales y de llamar a todos sus amigos y compañeros, la encontramos. O la encontró Maelyn, mejor dicho, que decidiera salir a buscarla por su cuenta. Y esto, amigos, es todo lo que puedo decir. 

 ¡Ay, los finals! No sé si es mejor el modo en el que los tienen planteados en mi instituto o como los hacemos en España. En lugar de tenerlos esparcidos durante dos semanas, en Lakeside los tenemos del miércoles al viernes antes de vacaciones. Es un poco raro, la verdad, pero dan dos horas para examinarnos y ayuda bastante.
 El miércoles tuvimos el examen del 7th period- en mi caso, US History-, así que el resto de las clases son un poco más cortas para darnos algo más de tiempo. El jueves tuvimos los números impares- Enviromental Sciencie, American Literature y Consumer Finances- y el viernes, de los pares- World History, Latin y Oceanography. 
 Entre bastante bastante asustada, y salí medio temblando de más de uno, pero el esfuerzo valió la pena. 

 Esta semana también tuve mi primera despedida. Sigue siendo duro; hay cosas que no cambian nunca. Mi amiga Janelli se muda, así que se cambia de instituto. A modo de adiós, cada una de nosotras llevó algo de comer, para darle un toque dulce a lo más amargo. No me imagino que vamos a hacer sin ella, madre mía.






 Otra cosa que me alegró la vida fue que Sonia me hizo un regalo de Navidad y que encontré galletas María. Todo se basa en los detalles, ¿no?



 Os juro que estoy leyendo esta entrada y me asusto. No tiene ni orden, no tiene frases bien elaboradas, no tiene xeito. Estoy del blog hasta la narices y se nota, ¿no? Por desgracia estás dos semanitas vienen cargadas y tendré que dejar constancia de ello. A parte de Nochebuena y Navidad, el viernes nos vamos a Ohio. En Fin de Año tengo una fiesta, ¡y aún me queda comprar un millón de regalos! Esperamos que con el nuevo año me vengan unas ganas nuevas de seguir escribiendo, porque a este paso abandono byehome-hius a medio camino. Cruzo los dedos.

See you!

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