lunes, 1 de diciembre de 2014

¡Thanksgiving Break! (+118).

 ¡Hola! No sabéis la pereza que me daba empezar con esta entrada, más que nada porque veo que va a ser contundente. Como dije en el post anterior, esta semana no tuve clase porque estuvimos en el Thanksgiving Break. En muchos estados solo tuvieron libre de miércoles a viernes, pero aquí fueron todos los días (y falta que me hacía...). 



 Esta celebración es conocida- que no entendida- en España, y se resume en comer, comer y comer. Su origen se remonta a la época de las primeras colonias, y era una muestra de agradecimiento por la cosecha. 


 El viernes fue un día pausado en el instituto. Aquí los profesores sí que saben lo que significa 'vacaciones', y en vez de cargarte de deberes, trabajos y exámenes, solo te mandan disfrutar y no hacer nada. Cuando salimos de clase fuimos a comprar algunas cosas para CAT (Christmas at Tucker), una obra de teatro/musical en la que Lee está muy involucrada. ¡Y encontré una bata de casa! No sabéis lo que la necesito cada mañana y lo mucho que la echaba en falta. 

 El sábado no tenía nada planeado porque Angie jugaba un partido muy pronto y yo necesitaba demasiado dormir. Aproveché para hacerlo y para limpiar, ya que el jueves teníamos a un millón de personas comiendo en casa y todos teníamos que hacer algo. Aspiré, pasé el polvo, la mopa, ordené mi habitación y limpié el baño. Casi nada vamos. Un poco más tarde Emma y Kevin vinieron a ayudarnos a colocar la mesa grande en el comedor, pero a parte de eso el día no fue demasiado movido.

 El domingo madrugué para hacer Skype. Sí, las velas se pueden soplar a través de una pantalla.

 También fuimos a misa, porque Emma cantaba en el servicio tradicional. La verdad es que la misa fue muy bonita. El coro de los adultos y niños también participó, y por primera vez vi un bautizo metodista, que no tiene nada que ver con los católicos. 


Quería subir un vídeo pero Blogger no me lo permite, aunque si queréis ver a Emma cantando haced click aquí.

 Esa tarde fuimos a coro y ayudamos a decorar la iglesia. ¡Normal que todo el mundo sea tan religioso si aquí tratan de atraer a la gente! Sinceramente, creo que es mejor cambiar tanto infierno y sermones aburridos por algo más personal y real.
 «..Y así fue como la iglesia se convirtió en la academia, haciéndome vivir todo lo que hacíamos cada Navidad...»
 Nada home, que ya me dejo de tonterías porque la Academia siempre será insustituible. Y si alguien lee esto, solo decir que el espíritu navideño siempre irá asociado con los festivales. La gente se sigue sorprendiendo cuando empiezo a tararear los villancicos en inglés, pero tanta práctica ha valido la pena. Y, por primera vez en diez años, me pierdo el evento más importante del curso. 

La historia de como colocar en bases 23723877 millones de velas.




 El lunes fuimos a casa de Maelyn a jugar al Taboo (el juego en el que tratas de que alguien adivine una palabra sin poder decir otras). Supongo que este juego se me da tan bien por el siempre hecho de que en mi día a día tengo que hacer lo mismo.


 Martes. Bueno, martes. No fue mi día, la verdad. Al día siguiente era mi cumple y os aseguro que no quería tener 16 nunca. Solo decir que hablando se arregla la gente y no hay mal que mil años dure.


 El miércoles empezó como un día negro. Me niego a hacerme vieja. Punto. Ao pan, pan, e ao viño, viño. Pero lo negro se fue aclarando hasta el punto de convertirse en uno de los mejores cumpleaños que tuve nunca. No fue la típica fiesta de chicas de sweet 16, es más, ni siquiera fue una fiesta porque yo no quería celebrar nada. 
 Angie me dijo si quería ir a hacer geocaching, y como no tenía ni idea de que era le dije que sí. Fuimos a casa de Olivia y Connor, donde nos juntamos con ellos, Maelyn, Jarod y Emma. Me explicaron que lo que íbamos a hacer era buscar cosas con la ayuda de un GPS. A mí me sonó más raro que poco, pero es súper entretenido. Primero fuimos a Henderson Park, que está a 5 minutos de casa y yo nunca fuera aún- cuando lo dije, empezaron a sonar gritos de 'menuda host sister, Angie', pero la verdad es que nunca tuviéramos tiempo-. Encontramos 2 de las 3 cajas que teníamos pensado, así que volvimos a casa para coger los coches e irnos al centro de Tucker. Ojalá pudiéramos conducir con 16 en España, no sabéis la independencia que eso da.



 Después fuimos a cenar a Panera, que es oficialmente mi sitio favorito. Olivia empezó a darle pepinillazos en la cara a Jarod- tenía que mencionar esto, lo siento- y de repente aparecen Angie y Connor con un cupcake y una tarjeta de felicitación y me cantaron el Happy birthday to you y me sentí la persona más feliz del mundo. 




 Volvimos a la casa de los Huddleston a hacer hamacking. Sí, estos americanos... ¿A quién se le ocurriría quedar para estar tumbados en hamacas en el jardín mientras cuentan historias de miedo y hace un frío que congela narices? Solo a ellos. 
 Cuando anocheció- esto sucede sobre las 5 pm más o menos- empezamos a asustarnos y decidimos venir a casa a hacer una hoguera y beber chocolate caliente y tomar palomitas. Seguimos con la saga de Footsteps, con el pánico invadiendo cada fibra de nuestro cuerpo, hasta que empezó a llover y bajamos al sótano. O sea, que así de risas, acabamos estando en amor y compañía más de ocho horas.





 Como guinda del pastel, David me había comprado tiramisú (David I love you).
 ¡Ah! También vimos el especial de Charlie Brown, que viene siendo súper típico aquí.



 El jueves fue el día oficial de Acción de Gracias. Nos juntamos en casa 15 personas. lo que supuso no parar de preparar y ayudar a Lee en todo el día. Comimos tarde, y me duele decir que aunque solo eran las dos yo estaba hambrienta- lo que viene a significar que cuando llegue a España de nuevo me va a dar un algo-. Hubo un montón de platos típicos: el clásico pavo que aparece siempre en las películas, puré de patata, american pies... Terminamos sobre las 3 y reposamos un rato, ¡creí que iba a reventar! Algo más tarde, Angie y yo fuimos con Emma y Kevin de compras de Black Friday, o más bien Black Thursday, porque muchos sitios empezaban con los descuentos el día de Thanksgiving. Solo fuimos a Michael's, una tienda de decoración, artículos de manualidades y cosas de ese tipo.


Pumpking pies.


 El viernes, a pesar de que habíamos acordado quedarnos en casa, no pudimos resistir irnos al centro comercial. La verdad es que los precios estaban por los suelos, y las tiendas, llenas a más no poder. Al llegar a casa (tarde, para variar) decoramos el árbol de Navidad, comenzando oficialmente mi estación favorita del año.



 Por la tarde volvimos a quedar para acabar las historias de miedo, pero está vez de lo curraron aún más. ¿Que creía que contar historias en un jardín era malo? Imaginaos hacerlo en Henderson Park. Porque no, no es un parque estilo Hide Park (Londres) o Central Park (New York), es un monte. Y con monte me refiero a monte, sin caminitos de asfalto ni la gaita en verso. ¿Añadimos más? El sitio ideal para ellos fue un lugar en el que las raíces y ramas de los árboles se liaban tanto que creaban formas de lo más siniestro. ¿Y más? Faltaba apenas una hora para que fuera noche cerrada. Ya veis, escenario ideal para mí, que soy una cagada. Esta vez Connor solo contó una parte, porque nadie quería quedarse más tiempo allí. Volvimos a casa y cenamos en el sótano las sobras del día anterior, que parece que van a durar toda la semana. 





Y muchas gracias, Magdalenas, que no sé como lo hacéis pero llegáis antes que una carta oficial.
 El sábado dormí hasta las 11 -¡hurra!, ¡milagro!- y hice poco más en todo el día. Por la tarde volvimos a Michael's, donde estuvimos dos horas rodeados de artículos navideños y villancicos. Para pegarse un tiro, señores, sobre todo cuando no hay donde sentarse. Luego fuimos a Wallmart a comprar algo que no encontramos, pero yo me hice con unas cuantas gangas que acaban de consolidar mi armario y hacerlo pasar del nivel 'desastre' al 'pasable'. 

 El domingo... Adivinad. Iglesia, deberes, Youth. Lo de siempre, dudo que haya mucho que contar.

 Y que pocas ganas de empezar de nuevo las clases, de verdad. Si esto funciona, el post se publicará a mis 06.30 a.m., que vienen siendo las 12.30 en España, así que no habré pisado de nuevo Lakeside ni falta que hace. No es que me disguste el instituto, pero los deberes... Y madrugar... Y estar cansada... Supongo que me entendéis. 

 De nuevo, y no por última vez, mucha suerte a los que estéis intentando conseguir la beca. Espero que el escrito os haya salido bien. y si tenéis alguna duda podéis contactar conmigo vía mail (juliamartome@yahoo.es), o si me encontráis, por cualquier otra red social. Recordad que sois el futuro de Galicia. 


(Estela, no me odies).


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