lunes, 2 de marzo de 2015

Life Is About Change. (+209, -105)

 ¡Buenas! Os escribo desde mi nueva casa porque, sí, suena a locura pero me he mudado. ¿Sabéis eso de "no es por ti, es por mí"? Bueno, pues esta vez no fue así. La decisión no se tomó tras una pelea ni se cerró con un portazo, porque ni siquiera se ha cerrado. Con los Cooke seguiré teniendo contacto, incluso me van a llevar ellos a soccer- que empieza mañana, por cierto-, y me alegro porque después de haber vivido con ellos seis meses se me hace raro dejar de verles a diario. 
 No quiero dar detalles por aquí ni por ningún otro lado, pues quien lo tiene que saber ya lo sabe y quién no, no lo sabrá nunca. Dejémoslo en que la edad del pavo no le ha hecho bien a nadie y que me alegro que la mía se haya quedado atrás hace tiempo. 


 Pero, ¡a lo que iba! Ahora mismo estoy viviendo con los Hawthorne, que viene siendo la familia de mi amiga Hannah. Mi nueva host mom se llama Angie y mi host dad Robby. Estoy encantada, de verdad, son súper buenos y cariñosos y están contentísimos de que esté aquí. Mamá, papá, creo que ahora sí que no me quiero volver. 
 El cambio creo que nos tomó un poco por sorpresa a todos, pero eso, que la vida trata sobre ir cambiando y esto es como empezar de nuevo. ¿Bajo a desayunar en pijama o me visto de nuevo? ¿Dejo salir al perro o no? ¿Dónde está el pan? ¿A qué hora debo despertarme? ¿En qué lado del coche me siento? Parecen preguntas tontas pero una vez que te las tienes que replantear te pueden acabar dando un dolor de cabeza. Aun con todo, me he sentido en casa desde el primer momento, cuando me recibieron con los brazos abiertos, una sonrisa enorme en la cara, con un montón de sweetys y diciéndome que había sido una bendición- sí, tal cual, aquí es una palabra muy utilizada-.

 Volviendo a lo de siempre, el martes nevó pero tuvimos clase igual, porque sabían que se iba a derretir. Hacía años que no veía tanta nieve y me hizo muchísima ilusión. 






 El miércoles sí que safamos de ir a clase, así que aproveché y dormí hasta las tantas. Ese día fue cuando tomamos la decisión de irme, porque había ciertas cosas que yo no podía soportar más y otras que iba a ser más fácil llevar a cabo sin tenerme a mí por el medio. Cómo surgió un "imprevisto", tuve que meter en menos de cinco minutos muda para un par de días en mi maleta y en cero coma estaba en mi nuevo hogar. ¿Quién me diría que acabaría teniendo dos en este país? 
 Cuando llegué, me enseñaron mi habitación y deshice mi equipaje, que venían siendo dos vaqueros, un par de leggins, tres sudaderas, el pijama y poco más. Al acabar, Hannah me explicó donde estaba cada cosa y fuimos a cenar con Robby, porque Angie trabajó esa noche, a Waffle House. El restaurante es una cadena, y como me dijeron, "el único lugar al que puedes ir a las 3 de la mañana y que nadie te mire mal o te haga preguntas incómodas". Los tres nos pedimos un Cheese 'n' Eggs, que fue como beberse un vaso de colesterol pero sentó que nin diola después de un día tal movidito.


 El jueves dormí hasta las diez u once porque volvieron a cancelar las clases, aunque cero rastro de nieve, y a mediodía Maelyn nos vino a buscar para ir a su casa a jugar al mejor juego del mundo: Cards Agains Humanity, a game for horrible people. Es cierto que no es para mentes sensibles, pero yo pocas veces me riera tanto y me permitió ver el lado más enfermo de mis amigas. También jugamos al Tutifruti, Arriba España o cómo quiera que le llaméis al juego de escribir una serie de palabras que empiecen por x letra. En español soy una crack, pero en inglés acabé abandonando a mitad del juego porque soy de muy mal perder. 
 Sobre las cinco volvimos a casa, porque Hannah se iba a ver con Lizzy, su hermano y su cuñana Wicked, el musical sobre la Bruja Mala del Oeste. Yo me quedé haciendo deberes y estuve un poco de cháchara con mis host parents, pero me fui pronto para cama que estaba hecha polvo.  


 Por desgracia, el viernes se acabó el Snowcalipses y me levanté a las 6.30- ¡ahora duermo 15 minutos más, yay!- para ir a clase. Nos acercó Jenny, una vecina, porque Hannah es oficial de FCA, un club para atletas cristianos, y tenía que estar en Lakeside a las 7:20. En teoría yo iba a ir también, pero tuve que ir a hablar con Dr. Parrott sobre unos deberes que no había entendido y me acabé liando hasta cinco minutos antes de que sonara la sirena. Otra vez será.
 Ese día no hicimos nada en el instituto, porque como era el último día del mes hubo una especie de conmemoración a la Historia Negra- y como mi profe de 1st period es un poco especial, en lugar de ir a una sola representación fuimos a las dos-.



 Por la tarde fui a casa de los Cooke a recoger mis cosas. Madre mía, y yo que pensaba que no había comprado apenas cosas... Menos mal que Hannah me ayudó porque sino no acababa nunca. Cuando volvimos, Mae nos vino a buscar para ir a cenar a Waffle House- que nunca está de más-, con Jordyn y Lizzy. Al final fuimos a ver una peli a casa de esta última, aunque ver, lo que se dice ver... Pues va a ser que la primera me la pase en Babia porque las películas de miedo no son lo mío. Tras un millón de exorcismos y posesiones demoníacas, decidimos cambiar el chip y nos pusimos con 10 Cosas que odio de ti. En medio de las risas y los actos de romanticismo baratos, Angie llamó a Hannah porque su abuela había fallecido. Las desgracias son desgracias siempre, mas el saber que había dejado de sufrir tras una larga enfermedad puede decirse que alivia un poco. A pesar de todo, me rompió el alma ver a mi host sister así.

El motivo de que todo el mundo engorde cuando se viene a los Estados Unidos. Waffles, hasg browns, huevos revueltos, tostadas, salchicas con forma de hamburguesa y bacon por menos de 7$.



 El sábado vino Tonya, mi coordinadora local, a entrevistar a mi familia, y me mandó a la habitación. Y de forma directa, eh. Menos mal que le tengo cariño a esa mujer, porque llevando sin enfadarme desde Agosto tengo más rabia contenida que poca. 
Por la tarde hice Skype y fuimos a cenar a una taquería. Nunca había probado comida mexicana tan buena, pero mi estómago parece ser que no es demasiado fan de tanto picante. Más tarde Hannah y yo acabamos AHS: Coven. Creo que ya he soltado maravillas de esta serie en ocasiones anteriores, y es que si bien es cierto que la trama de esta temporada no es tan viciosa como las anteriores- y de que sin darme cuenta me desvelé quien era la Suprema-, el tema de las brujas me encantó.

Los atardeceres más bonitos los tiene Georgia.

 Para los que digan que venirse a USA no cambia... Ay, ay, ay. Domingo, día del Señor. En pie a las siete para irse a misa a las ocho. Increíble, eh. Lo que hay que hacer para tener contenta a la gente... Pero, lo peor de todo, es que hasta me gusta. Y hasta me gusta ir al catecismo también. No sé que pensar, pero yo antes no era así. 
 Lo mejor de ir tan pronto a la iglesia es que tienes la tarde libre, y yo la aproveché durmiendo la siesta y haciendo deberes. A las cinco nos fuimos a coro y cenamos en Youth, pero nos fuimos justo después de los juegos porque a ninguna nos apetecía quedarnos al sermón vespertino.

 Hoy tuvimos clase de nuevo, y como ayer me fui a la cama pronto estaba como una rosa por la mañana. Ya me he hecho a la idea de que me toca ir en autobús amarillo, que más bien es una montaña rusa pero tampoco se va mal. 

 Y con la foto de mi media cara de felicidad abrazando a mi paquete, que no daba llegado, os dejo hasta la semana que viene, aunque hay una pequeña posibilidad de que escriba algo sobre mi nueva familia anfitriona. No os olvidéis de que cualquiera duda que tengáis me la podéis dejar en ask, comentarios, Twitter o email. 


¡Nos vemos!

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